Han pasado 24 años desde que, en una decisión más que controvertida, se demoliera el edificio del antiguo Colegio de Benalúa, y 13 desde que se clausurara el antiguo colegio para pasarlo a su nueva ubicación. En esa parcela, se dejó lo que pretendía ser una plaza pública, con una pequeña caseta, que correspondía al antiguo gimnasio del colegio, en la que ahora mantienen su sede la Asociación de vecinos “El Templete”, y dos asociaciones más, con actividad desconocida, como son “Movimiento por Benalúa”, y “Amics del Rall”. Además, este enclave posee un tibio, inseguro, y escaso parque infantil, dos pistas de petanca, bancos y sillas (que están en mediocremente mantenidas) algunas máquinas de ejercicio en mal estado, un campo polideportivo para fútbol sala y baloncesto (con un peralte que dificulta su práctica), 9 frondosos eucaliptos, y una reducida arboleda autóctona que, junto a una pérgola de madera, aportan sombra y vegetación. Si bien, con poca intervención económica se podría mejorar la estética avejentada y descuidada del parque, también, se podría dotar de servicios que aportaran valor y bienestar para nuestros vecinos y vecinas.
Aunque sin duda es el lugar ideal para ubicar el malogrado centro social, los autores creemos, que, además, tiene muchas más posibilidades, y sí o sí, se debería intervenir sobre esta plaza para darle la utilidad que merece. A continuación, planteamos una serie de actuaciones que podrían modernizarla, sin entrar en valoraciones técnicas, pero que deben ser tomadas en cuenta para poder situar el barrio de Benalúa de Alicante en el siglo XXI.
1º “Mens Sana in Corpore Sano”
En un barrio tan envejecido, es prioritario aportar actividades físicas y cognitivas para cuidar el estado de salud de los vecinos. En gran parte, contra viento y marea, de esta tarea se encarga la directiva de “El Templete” con un calendario de actividades muy meritorio, proponiendo gimnasia adaptada, talleres de costura, bailes y otras actividades de esta índole, pero, se podría dotar la plaza de mobiliario, que permitiera hacer actividades individuales, o colectivas, sin necesidad de acogerte a horarios externos. Por ejemplo, se podrían poner mesas de ajedrez y damas en el parque, para fomentar inclusividad entre jóvenes y mayores, vecinos y turistas, o trabajadores y jubilados.
Por otro lado, es necesario renovar la maquinaria para ejercicios disponible, sustituyéndola por nuevas, más seguras y novedosas, además de más accesibles.
2º “La lectura es para la mente lo que el ejercicio es para el cuerpo”
El barrio de Benalúa, dispone de una pequeña biblioteca pública, en la Calle García Andreu, en un local alquilado a un particular, con el consiguiente coste para las arcas públicas, y que, por ubicación y visibilidad, se usa mucho menos de lo que se debería. Si se colocase la biblioteca en la plaza, con salas multiusos dentro, además de poder hacer múltiples actividades dentro, se podría disfrutar de la lectura, tanto dentro de la misma, o sentado en un banco del parque, fomentando la estimulación cognitiva antes mencionada, así como la socialización de los vecinos y vecinas.
3º “Cada niño es un artista”
Sí es así, aquí no se hace mucho por atraerlos. Los parques públicos deberían estar llenos de niños y niñas, y para ello, hay que adecentar la pista polideportiva, promoviendo competiciones extraescolares, y renovando los columpios cochambrosos que ahora mismo dispone el parque. Es fácil ver en muchas ciudades de Europa, a jóvenes jugar verdaderas pachangas en las pistas de los parques públicos de esas modernas ciudades, de las cuales, a veces, salen verdaderas estrellas del deporte, pero es que, además, hay que promover la cultura del parque como centro de diversión y encuentro en estas franjas de edad.
4º “Todo lo bueno empieza sin barreras”
Los accesos al parque son manifiestamente mejorables. Si bien el que linda entre las calles García Andreu y Foglietti, no tiene pegas (al menos en cuanto accesibilidad, otra cosa es la estética), el que da a la calle Alona, no cumple con la mayoría de normativas de accesibilidad mínimas. Pero, además, el vallado, metálico y hormigonado, podría sustituirse, o mejorar, con más masa verde, y añadir otros accesos, que no hagan de la plaza un lugar que parece un cerco de una propiedad privada.
Por último, estos autores creen que las calles deben ser para los ciudadanos, por lo que reducir las plazas de aparcamiento, para ampliar aceras, con la imprescindible mejora del transporte público, hacia y desde el barrio, lo que reduciría ruidos, y mejoraría la tranquilidad del entorno.