Para ello, el farmacéutico utiliza un envase tipo blíster con alveolos donde introduce las dosificaciones de los distintos medicamentos para cada toma diaria.

Todo ello de acuerdo a un exigente protocolo de seguridad y calidad, buscando dos objetivos.

• En primer lugar, mejorar la adherencia al tratamiento, es decir, conseguir, mediante el cumplimiento terapéutico de la medicación, que dichos fármacos alcancen el fin por el cual han sido prescritos. Para nosotros es fundamental que el paciente conozca qué se toma y para qué se lo toma.
• En segundo lugar, facilitar la tarea a aquellos pacientes polimedicados y evitar errores en las tomas, asegurando mediante el sistema de de alveolos o pocillos, que dicho paciente se toma sus medicamentos a la hora deseada, evitando interacciones y posibles duplicidades.

Para tal fin, realizamos una entrevista a los pacientes antes de comenzar con este servicio, asesorando de forma personalizada, y siempre buscando la colaboración con los demás agentes sanitarios (médicos de familia, especialistas y enfermeros) para mejorar y optimizar la farmacoterapia de los pacientes.