C a r g a n d o . . .
Blog
  • Inicio
  • Blog
  • LAS VACUNAS PEGAN CON TODO ¡PÓNTELAS!
LAS VACUNAS PEGAN CON TODO ¡PÓNTELAS!
26 Dic

LAS VACUNAS PEGAN CON TODO ¡PÓNTELAS!

LAS VACUNAS PEGAN CON TODO ¡PÓNTELAS!

Como es bien sabido por todos, el  domingo 27 de diciembre comienza la vacunación contra el coronavirus en nuestro país y nos parecía pertinente subir a nuestro blog una entrada hablando sobre las vacunas, qué son,  cuáles son sus efectos y virtudes y las vicisitudes en los procesos de elaboración de las vacunas. Recientemente y  ya sea gracias o por culpa del coronavirus hemos añadido a nuestro glosario particular varios términos que hasta ahora nos eran desconocidos o pasaban desapercibidos como: inmunidad, anticuerpos, antígeno, virulencia… Está en la naturaleza humana recelar de aquello que desconoce y es perfectamente comprensible, nos ayuda a no asumir riesgos y peligros innecesarios.  Pero hemos creado a lo largo de nuestra trayectoria como especie, un método infalible que nos permite entrenar nuestra capacidad para fiarnos de aquello que no conocemos. Se llama MÉTODO CINETÍFICO  y es una herramienta realmente poderosa que se basa en: la observación, la experimentación, el ensayo y error (equivocarse en ciencia está perfectamente permitido y es casi obligatorio diría yo), la formulación de hipótesis y en el eterno y natural sentimiento de no fiarse de nada y de cuestionarlo todo, es decir, no dar nada por hecho y revisar todo permanentemente. Es este último paso el que permite que la ciencia avance.

Recapitulando; es lícito dudar, desconfiar y cuestionar las hipótesis establecidas, pero lo que no es lícito es hacerlo sin aportar pruebas o hipótesis alternativas basadas en experimentos previos, porque eso no es ciencia, es especulación, denota ignorancia y poco o nulo rigor científico.

Cuando decimos; “no pienso ponerme la vacuna  contra el coronavirus ni la de la gripe” estamos cometiendo varios atropellos de diversa índole:

  1. Estamos deslegitimando, sin aportar pruebas, el trabajo de innumerables científicos a lo largo de los últimos cuatrocientos años.
  2. Estamos despreciando profundamente la vida humana. Estamos cansados de oír que la inmunidad se alcanza de manera individual pero que para frenar la propagación de cualquier infección hemos de alcanzar una inmunidad grupal o de rebaño. Es ésta la que permite a las personas que no pueden acceder a la vacuna o que no pueden recibir la vacuna por otras causas médicas, protegerse de la infección. Imagina un familiar con alguna enfermedad mental al que le resulta difícil aceptar que le administren una vacuna, un familiar trasplantado o inmunodeprimido e hijos o nietos demasiado pequeños para inmunizarse de determinadas enfermedades. Te gustaría que no enfermaran ¿Verdad? Pues ahí reside la importancia de que los demás estemos inmunizados. Vacunarse es un deber como sociedad  que demuestra fraternidad, empatía y solidaridad con nuestros vecinos más vulnerables.
  3. Estamos pasando por alto la cantidad de vidas humanas que se han salvado gracias a las vacunas en las últimas décadas. Datos de fácil acceso que uno puede consultar rápidamente si se mete en las páginas de la Organización Mundial de la Salud o la GAVI (Alianza Global para la Vacunación) o la Asociación Española de Vacunología.

Para terminar quisiera aclarar algunas dudas que seguro os han surgido a muchos de vosotros a lo largo de estos meses y más con la reciente publicación de la abrumadora efectividad  de algunas vacunas para coronavirus, que a muchos de nosotros nos parecen datos irreales:

¿Aún con una buena higiene sigue siendo necesaria la vacunación?

La respuesta es un sí rotundo. Después de casi 9 meses de pandemia creo que la inmensa mayoría de nosotros cumplimos con las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias: llevamos mascarilla, evitamos aglomeraciones y nos higienizamos las manos y superficies con frecuencias. Y aún así, patente ha quedado que no hemos sido capaces de reducir los contagios; de modo que sí, vacunarse es necesario además de llevar unas buenas medidas higiénicas.

¿Las vacunas son seguras?

En ciencias médicas se utiliza una relación de riesgo-beneficio para valorar si un producto con actividad farmacológica debe ser utilizado por un paciente. En el caso de la vacuna contra el coronavirus claramente los beneficios superan a los riesgos. Si hablamos de beneficios en lo que concierne a la salud y a nuestra vida individual y social va a suponer:

  • Que los centros sanitarios recobren paulatinamente su actividad normal, retomando las consultas presenciales, desbloqueando plantas para ingresos hospitalarios y agilizando procedimientos como pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas. Además de que nuestros sanitarios estarán inmunizados, evitando contagiar a pacientes y disminuyendo las bajas laborales del personal sanitario a causa del virus.
  • A nivel particular quedaremos inmunizados frente al coronavirus, pudiendo recuperar nuestra rutina y vida cotidianas. Piensa el día en que puedas reunirte con todos tus seres queridos, amigos y familiares, abrazarlos, besarlos y  celebrar la vida en compañía de más de seis personas. Imagina salir a la calle sin mascarilla, oler la lluvia, las plantas, respirar libremente, en definitiva.
  • A nivel social volverán a abrir nuestros negocios, podremos volver a viajar, la economía se restablecerá y podremos seguir planificando el futuro; un futuro que nos presenta muchos retos, pero eso es otro tema.

 

En lo que respecta a los riesgos, cualquier vacuna, al igual que cualquier medicamento pasa por una serie de ensayos clínicos en los que se valora su seguridad, su eficacia y su efectividad. Es cierto que en la vacuna contra el coronavirus se han acelerado los procedimientos y se han acortado los plazos, pero también es verdad que los laboratorios han paralizado otras líneas de investigación para enfocar todos sus recursos, económicos, técnicos y humanos en la  búsqueda de una vacuna que nos saque de esta pandemia.

 

En lo concerniente a la salud, es cierto que las vacunas pueden tener efectos secundarios, como cualquier otro medicamento, y es probable que puedan aparecer efectos secundarios que no hayan sido descritos en los ensayos clínicos, pero en el largo historial de las vacunas queda demostrado que éstas siempre han prevenido males mayores que los efectos secundarios que hayan podido presentar. Todos sabemos que la polio, el sarampión, la viruela, la fiebre tifoidea y el cólera causan enfermedades peores y a mayor número de personas que cualquier efecto secundario descrito, así que por favor, no seamos conspiranoicos y vacunémonos ¡Ah! Y no, las vacunas no producen autismo.

¿Es mejor la inmunidad proporcionada por las vacunas que por las infecciones naturales?

Las vacunas interaccionan con el sistema inmunitario y producen una respuesta inmunitaria similar a la generada por las infecciones naturales, pero sin causar enfermedad ni poner a la persona inmunizada en riesgo de sufrir las posibles complicaciones de esta. En cambio, el precio a pagar por la inmunización a través de la infección natural puede consistir en disfunción cognitiva en la infección por Haemophilus influenzae de tipo b, defectos congénitos en la rubéola, cáncer hepático en la hepatitis B o muerte por complicaciones en el sarampión.

¿Necesito vacunarme contra enfermedades que no se ven en mi comunidad o en mi país?

Aunque las enfermedades prevenibles mediante vacunación se han vuelto raras en muchos países, los agentes infecciosos que las causan siguen circulando en otros. En un mundo tan interconectado como el actual, pueden cruzar fácilmente las fronteras geográficas e infectar a cualquiera que no esté protegido. Así, por ejemplo, se han producido brotes de sarampión en poblaciones no vacunadas de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, España, Estados Unidos de América, Federación de Rusia, Francia, Grecia, Italia, Reino Unido, Serbia, Suiza y Tayikistán.

Los dos motivos principales para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a quienes nos rodean. El éxito de los programas de vacunación depende de que todos garanticemos el bienestar de todos. No debemos depender de quienes nos rodean para detener la propagación de enfermedades; nosotros también debemos hacer lo que esté en nuestra mano.

¿Puede un niño recibir más de una vacuna a la vez?

Las pruebas científicas revelan que la administración de varias vacunas al mismo tiempo no tiene efectos negativos en el sistema inmunitario del niño. Los niños están expuestos diariamente a varios cientos de sustancias ajenas que desencadenan respuestas inmunitarias. El simple acto de comer introduce nuevos antígenos en el organismo, y son numerosas las bacterias que viven en la boca y la nariz. Los niños se ven expuestos a muchos más antígenos en un resfriado común o una faringitis que cuando son vacunados.

La principal ventaja de administrar varias vacunas al mismo tiempo es la necesidad de menos consultas, que ahorra tiempo y dinero. Además, cuando es posible una vacunación combinada (por ejemplo, contra la difteria, el tétanos y la tos ferina) también se reduce el número de inyecciones y las molestias para el niño. Se pueden tomar diferentes medidas para reducir el dolor en el momento de la vacunación.

¿Necesito vacunarme contra la gripe?

La gripe es una enfermedad grave que mata entre 300 000 y 500 000 personas al año. Las embarazadas, los niños pequeños, los mayores con problemas de salud y cualquiera con enfermedades crónicas, como cardiopatías o asma, corren mayor riesgo de padecer enfermedad grave y morir. La vacunación de las embarazadas aporta el beneficio añadido de proteger a los recién nacidos, hecho aun más importante si se tiene en cuenta que no hay vacuna para los menores de 6 meses.

Las vacunas contra la gripe estacional se vienen utilizando desde hace más de 60 años e inmunizan contra las tres cepas circulantes más prevalentes cada año. La vacunación es la mejor forma de reducir la probabilidad de padecer gripe grave y de contagiarla a los demás. Evitar la gripe significa evitar costos añadidos en atención médica y pérdidas de ingresos por no ir a trabajar o a la escuela.

¿Qué conservantes se usan en las vacunas?

El tiomersal es un compuesto orgánico que contiene mercurio y se añade a algunas vacunas como conservante. No resulta peligroso y es el conservante más utilizado en las vacunas que se suministran en viales multidosis. No hay datos que indiquen que las cantidades de tiomersal utilizadas en las vacunas supongan un riesgo para la salud.

¿Qué hay sobre las vacunas y el autismo?

Un estudio de 1998 planteó la posible relación entre la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) y el autismo, pero posteriormente se demostró que era fraudulento y tenía graves sesgos, por lo que fue retirado por la revista que lo publicó. Lamentablemente, esa publicación creó un estado de pánico que produjo una disminución de las tasas de inmunización y posteriores brotes de esas enfermedades. No hay ninguna prueba de la existencia de una relación entre la vacuna triple vírica y el autismo o los trastornos del espectro autista.

 

Todos los contenidos y los datos que hemos usado para escribir esta entrada proceden de publicaciones de la OMS y la GAVI, son datos fiables, ampliamente contrastados y avalados por científicos y sanitarios de todo el mundo. Esperamos haber hecho hincapié en la importancia y seguridad de las vacunas, que es, junto con los antibióticos y los trasplantes de los mayores avances en medicina del último siglo; recordemos que la población mundial prácticamente se ha triplicado en los últimos cien años y en parte ha sido gracias a estos descubrimientos.

El equipo de Farmacia Lloret Pajares os deseamos Feliz Navidad y Felices Fiestas.

 

 

¡Comparte esta noticia!